domingo, 27 de abril de 2008

GALILEO

Galileo Galilei nació en Pisa (Italia) el 15 de febrero de 1564 y falleció en Florencia el 8 de enero de 1642. Hijo de burgueses, su padre Vincenzo era músico reconocido y su madre, una noble, fue el mayor de siete hermanos. Fue astrónomo, filósofo, matemático... pero fue algo mucho más importante, fue el físico que revolucionó la era científica del Renacimiento, en una época donde la Iglesia Católica perseguía y condenaba a todos aquellos pensadores que tratasen de explicar la vida, sin mencionar a Dios.
Cuando Galileo tenía 10 años, su familia se trasladó a vivir a Florencia. Allí es donde decidió, con 15 años, internarse en el Monasterio de Santa María di Vallombrosa, pero pronto se dio cuenta de que no estaba echo para ser clérigo. Su padre trató de que estudiase medicina, pero Galileo decidió matricularse en Arte. Sin embargo, a su vuelta, el joven no había obtenido ningún título universitario. Lo que sí consiguió fue que el gran matemático de la corte, Ostilio Ricci, lo apadrinara y le enseñara las matemáticas de Euclides.
Durante su juventud, trató de entrar en las universidades más prestigiosas del momento, entre ellas Siena, Padua y Bolonia, sin ser aceptado en ninguna de ellas. Entre tanto, mejoró el cálculo del centro de gravedad que había planteado Arquímedes, pero tampoco le ayudó mucho profesionalmente. A los veinticinco años, le concedieron una plaza como profesor de matemáticas en la universidad donde había estudiado. Durante los cinco años que estuvo en Pisa, estudió mucho las teorías de Arquímedes, llegando a escribir su única y nunca publicada novela "De Motu" (Sobre Movimiento).
A partir de ahí, empezó a estudiar a Aristóteles, hasta que hizo pública su teoría. Aseguró y trató de demostrar que el sabio griego, se había equivocado con su teoría en cuanto a que la velocidad de caída de los cuerpos era proporcional a su peso. Para ello, cogió tres bolsas llenas de bolas de plomo y se dispuso a lanzarlas desde el primer piso de la Torre Pisa. Una bolsa contenía bolas de plomo de diferentes tamaños, otra tenía bolas de plomo iguales y la tercera estaba compuesta por bolas de madera del mismo tamaño que las de plomo. Las lanzó de dos en dos, pero su experimento no acabó bien, por lo que no pudo comprobar que todas las bolas llegaban a la vez al suelo. Lo que sí se comprobó y refutó, era que Aristóteles se había equivocado calculando la diferencia con la que llegaban las bolas al suelo, ya que en realidad era mucho menor que la proporcionalidad que predecía (la pequeña diferencia era el aire).
Tras su intento fallido de experimentación, no le renovaron el contrato en la universidad y se marchó a la Universidad de Padua. En esa época conoció a Marina Gamba, su criada, con quien se casó y tuvo tres hijos: Virginia, Livia y Vincenzo. En el año 1610, inventó el telescopio y extendió sus teorías sobre las mareas, los tres satélites de Júpiter (que descubrió con el telescopio y los cuales le dieron el nombre honorífico de Físico del Gran Duque de la Toscana), las fases del planeta Venus y muchas más cosas que desarrolló con la ayuda del telescopio. Sin embargo, todas sus explicaciones que verificaban las teorías de Copérnico, no hicieron más que desatar un terrible caos entre la comunidad científica y la Iglesia Católica, la cual estaba en la cúspide del poder gracias a la Inquisición. Durante estos años, Galileo se dio cuenta que era mejor andarse con cuidado, ya que continuamente se quemaban vivos grandes científicos que trataban de presentar ante la sociedad las verdades y misterios del universo.
En 1611, fue ante el Papa para hablar sobre el calendario Gregoriano, aunque no fue considerado su explicación. Como tampoco fueron aceptados sus descubrimientos sobre las manchas que tenía la superficie del Sol. Tras numerosos intentos, al ver que cada vez tenía más enemigos, publicó un diálogo donde exponía sus ideas sobre el heliocentrismo y donde criticaba a todos aquellos en contra suya. Finalmente, después de toda una vida llena de luchas científicas y demostraciones fallidas, se marchó a vivir a Florencia, donde acabaría sus días.
Entre sus invenciones cabe destacar, el pulsímetro, que inventó tras observar las oscilaciones de una lámpara en la catedral de Pisa, contemplando el isocronismo del péndulo. También inventó la balanza hidrostática, la balanza de agua (que no superó a la de Aristóteles), descubrió la Ley del MRUA y uno de sus descubrimientos más importantes, la Caída de los Cuerpos.
La Caída de los Cuerpos:
Cuando Galileo realizó su experimento desde la Torre de Pisa como cuenta la leyenda, no consiguió demostrar su teoría de que todos los objetos, invariablemente de como sean sus masas, caen al suelo al mismo tiempo, sin embargo, consiguió desbancar a la única teoría que existía entonces, la de Aristóteles. El experimento era sencillo y como ya expliqué arriba, su reproducción no es nada complicada. Pero, a pesar de que Galileo fracasó en su experimentación, descubrió que su teoría era verdadera, pero que lo que fallaba era que no había tenido en cuenta la fuerza de rozamiento que existía además de la fuerza de la gravedad. Gracias a numerosos cálculos, desarrolló su famosa teoría, dando un giro radical a la sociedad científica que nunca antes había pensado en rebatir a un científico tan aclamado como Aristóteles.
Opinión Personal:
Este capítulo me ha parecido muy interesante ya que Galileo tuvo una vida realmente increíble, en cuanto a como la vivió, luchando por demostrar sus teorías en una época donde la Iglesia perseguía a todo aquel que hiciera peligrar su poder. Además, el libro describe a este gran científico, como un hombre muy ambicioso que trata de sacar provecho de todas sus dotes y saberes, lo que me hace pensar que no solo era inteligente, sino que además, trataba de vivir su vida al máximo, aprovechándose de sus conocimientos. Su historia, su vida, su magnífico descubrimiento, están descritos con una amena y sutil convicción que nos explica como cambia la Ciencia a lo largo de los siglos y como tratan de rebatirse unos científicos a otros, en este caso, Galileo a Aristóteles con un ímpetu asombroso, quizá obsesivo. Pero a pesar de algunos pequeños defectos, nada hace cambiar la certeza de que Galileo fue y será, uno de los más grandes Físicos que han existido en la historia.

1 comentario:

Unknown dijo...

Como siempre un placer leer tus escritos. Claros y concisos.
Se demuestra que lees y comprendes, cosas que no siempre van de la mano.